sábado, 16 de julio de 2016

El anillo, la herencia del último templario


Título: El anillo, la herencia del último templario
Autor: Jorge Molist
Editorial: Círculo de Lectores
Primera edición: 2004
Nº de páginas: 379
Género: novela histórica

RESEÑA

Narrada en primera persona, esta novela comienza el día del 27 cumpleaños de Cristina, una chica barcelonesa que vive en Nueva York y trabaja como abogada. Ese día curiosamente la obsequian con dos anillos: uno de compromiso, que se lo regala Mike, su millonario y perfecto prometido norteamericano, y el otro, un rubí del medievo que viene de Barcelona.

Poco después, además, Cristina es convocada a Barcelona para la lectura del testamento de su padrino Enric y allí se reencuentra con el hijo de éste (Oriol, su amor de la adolescencia) y con Luis (primo de Oriol). Para sorpresa de la abogada, su padrino les encomienda a los tres (póstumamente, se entiende) la búsqueda de un tesoro templario, aventura que acepta sin dudarlo demasiado. Así, poco a poco, Cristina se sumerge de nuevo en los recuerdos de su niñez y adolescencia, e incluso se da cuenta de que sigue enamorada de Oriol, aunque ya nada es como pensaba...

En lo que respecta a la narración, (como digo, en primera persona) es ágil y amena. Se suceden los diálogos y hay cierta ingenuidad en la forma en la que la protagonista nos habla de sí misma o nos describe ciertas situaciones. Eso no me disgustó, al contrario, creo que sirve para "enganchar" al lector; pero sí me chocó un poco, sobre todo sabiendo que el autor del libro es un hombre ya maduro (1951). Me parece genial que los escritores se transformen en otras personas cuando escriben, es decir, que un hombre de negocios de mediana edad pueda hablarnos como si fuese una chica joven y alocada, pero pienso que podía haber otorgado un poco más de profundidad al personaje. En ciertos momentos parece un poco frívola o superficial (sobre todo al principio), pero bueno, tengo que decir en su favor que más adelante el personaje va cobrando seriedad y que en algunos momentos nos habla de sentimientos con los que todos podemos sentirnos identificados. Algunas citas:

"¡Las muy frescas! ¡Cómo les gusta provocar! [...] A mí no me importaba que esas dos hicieran babear a los tíos; en ese momento ya era una mujer comprometida y Mike, mi apuesto novio, me tenía cogida de la cintura [...]"

"[...] aquel muchacho iba a cantar cumpleaños feliz. ¡Y seguramente nos montaría un striptease para mostrarnos los músculos prietos que escondía bajo el cuero negro!"

"Mike empezó a contar la aparición del motorista en mi fiesta de cumpleaños [...] Sólo le faltaba aderezar el cuento con música y efectos especiales: ¡tachiiín! [...] Pero el caso es que mis viejos le escuchaban interesadísimos. El chico cuenta buenas historias..."

"¡Ah! Me había olvidado de contar que soy abogada. Quizá lo habíais adivinado ya. Resulta que soy muy buena y espero llegar a serlo mucho más."

¿Veis lo que os digo? No es que esté mal contado, y engancha lo que dice, pero no me esperaba esto en una novela histórica sobre templarios. Son las típicas expresiones coloquiales que esperas encontrar en "Los zapatos de Valeria" y libros de ese estilo, como los de Megan Maxwel, fáciles y muy centrados en temas para mujeres o adictos a series como "Sexo en Nueva York".
Sin embargo, en ocasiones la protagonista llega a hacer reflexiones más hondas y a describir paisajes de una forma casi poética. Tanto que consigue atraparme...

"Recuerdo aquel verano, la tormenta y el beso. Recuerdo el mar embravecido y la arena, las rocas, la lluvia, el viento y el beso. [...] No olvidé mi primer amor, no he olvidado nada, le recuerdo a él. A Oriol."

"Pasamos la vida deseando alcanzar algo, persiguiendo sueños, creyendo que cuando tengamos eso tendremos la felicidad. Pero no es así. La existencia está en el camino, no al final. No importa cuán bello, importante, espiritual sea lo que pretendemos. La última parada es siempre la muerte. Si no sabemos ser felices, ser mejores, ser quienes queremos ser en el trayecto, tampoco encontraremos eso al final. Esta es la razón por la que debemos disfrutar el momento. La vida está llena de tesoros que la gente persigue, son cosas que creen que le proporcionarán la dicha, pero acostumbran a ser espejismos y a veces, alcanzando su anhelado deseo, uno sólo encuentra el vacío entre sus manos."

En cuanto a los personajes masculinos, en general creo que están poco trabajados. Suelen ser tipos guapos con dinero que le tiran los tejos a la protagonista. El que más me gustó fue Oriol, porque considero que es el que tiene más ángulos, más aristas, más secretos y recovecos. Al principio me sentí muy atraída por el enigma de este hombre, pero sí es verdad que a mitad de la novela empecé a cansarme un poco de que no se desvelara todavía su secreto. Y ya al final, cuando me enteré por fin, me parece que la cuestión llega demasiado tarde y que no convence del todo el resultado. Lo digo así para no hacer spoilers, pero ya me entenderéis cuando lo leáis...

En definitiva, creo que es una novela que engancha mucho al principio (por su lenguaje coloquial y por estar contada en primera persona) pero que luego va decayendo un poquitín, hasta desembocar en un final contado un poco a prisa y que al menos a mí no me satisface del todo. Además, pienso que el tema de los tesoros templarios pasa casi a un segundo plano, siendo absorbido por otras cuestiones como los romances de la chica y sus coqueteos con uno y otro personaje. Por otro lado, algunas descripciones de Barcelona y sus alrededores son muy bellas y hay reflexiones que nos harán pensar sobre nosotros mismos, sobre la vida, sobre el mundo, el amor...

Es por ello que yo sí lo recomiendo, pero advirtiéndole al lector que no encontrará en sus páginas grandes cuestiones sobre los templarios, sino romance, aventuras y un importante mensaje: CARPE DIEM. Disfruta el momento, la vida es un regalo.

Eso se merece cuando menos 3 puntazos.


¡Hasta la próxima reseña, amigos!

Ninfamiel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario